Italia y Bélgica, opuestos en el índice de obesidad infantil

Madrid, 30 jul (COLPISA, Susana García)

-La consagrada dieta mediterránea no impide que Italia lidere la pirámide de los países europeos con mayor tasa de niños obesos o con sobrepeso

El índice de obesidad infantil es mayor en los países mediterráneos, donde el aceite de oliva, tomates y demás productos de la dieta mediterránea son parte de una costumbre alimentaria que otros muchos países querrían tener. Sin embargo, estos famosos alimentos parece que, o no son utilizados en su debida medida, o no son lo suficientemente sanos, un hecho que se pone en duda.

Italia, el país de la pasta, es el líder de la pirámide de los países con mayor obesidad infantil con un 19%, según el Proyecto Idefics, financiado por la Comisión Europea. En él participaron más de 16.000 niños de ocho países europeos: Alemania, Bélgica, Chipre, Estonia, España, Hungría, Italia y Suecia, entre los que destacan 1.600 niños de Huesca y Zaragoza, donde se presentó el proyecto. España, con sus maravillosos guisos y Chipre, que cuenta con un sinfín de ricos platos elaborados con carne y especias mediterráneas, siguen a Italia muy de cerca.

En el otro lado de la balanza se sitúan Bélgica (2%) y Suecia (4%), los países que registran la menor tasa de niños obesos o con sobrepeso. Es un poco contradictorio que la población española o italiana supere en tasa de obesidad a la belga, sobretodo teniendo en cuenta las costumbres culinarias de valones y flamencos. Se alimentan principalmente de platos precocinados. Bien porque no tienen tiempo, o bien porque no tienen una cultura gastronómica tan arraigada como los mediterráneos.

Además, uno de los grandes platos típicos del país centroeuropeo son los exquisitos y deliciosos gofres acompañados de cualquier crema o fruta que se le quiera echar por encima, ya sean fresas, plátanos, kiwis, chocolate, nata o simplemente azúcar. Otro de los acompañantes que no puede faltar en cualquier mesa belga son las patatas fritas, adornadas de un sinfín de salsas. A cualquier hora del día y en cualquier sitio, los belgas compran en el típico 'frituur', su cono de patatas fritas.

Las diferencias hay que buscarlas en la falta de actividad, tanto física como mental, por parte de los niños, así como la falta de horas de sueño, que afecta sobremanera al metabolismo del menor.

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