Delirio cervecero

Madrid, 5 ago. (COLPISA, Susana García)

Tan importante es abrigarse en invierno como hidratarse en verano. Los médicos siempre recomiendan beber mucho líquido en las jornadas de intenso calor, sobre todo si se estamos a la intemperie. El que mejor combate el calor, sin duda, es el agua. Pero a veces puede resultar aburrido ingerir el inodoro, incoloro e insípido elemento. Por fortuna, existen alternativas como los refrescos o las cervezas.

Y, si de cervezas hablamos, hay que situarse, casi obligadamente, en Alemania. Pero la fama no es todo. Y aunque sea menos conocida, Bélgica también cuenta con numerosas, afamadas y exquisitas cervezas a gusto de casi todos los consumidores.

Para los más tímidos y memos osados está ‘Stella Artois’, la marca más famosa del país y la líder entre los centenares que se fabrican en el pequeño país centroeuropeo. Su mayor factoría está en Lovaina, una ciudad estudiantil al sureste de Bruselas. Su competidora, por llamarla de alguna manera, es la ‘Jupiler’, elaborada en la misma fábrica y del mismo estilo que la anterior. Pero eso sí, con un sabor un poco más fuerte. A la ‘Maes’ se la puede localizar dentro de este grupo por ser de las cervezas más suaves de la extensa carta belga.

Si el sabor propio de la cerveza más común, la de cebada, no resulta de su agrado, no pasa nada. Las deliciosas cervezas de trigo también abundan el país de Tintín, Jacqeus Brel, los Pitufos y René Magritte, con algunas marcas punteras como ‘Hoegaarden’ o ‘Leffe’. Compiten con la ‘Duvel’, llamada ‘diablo’ o ‘infierno’ por algunos, aparte de por el nombre, por las temidas resacas que ocasiona su elevado contenido alcohólico.

Pero en estas opciones no se agotan las alternativas para quien no le agrade la cerveza más convencional. Ahí están marcas como ‘Kriek’, cerveza de intenso sabor a cereza, la ‘Belle-Vue’, también de aroma frutal, o los diferentes sabores de la marca ‘Floris’ que apuestan por el chocolate, la fresa, el cactus, la naranja y un inacabable etcétera.

Todas están a disposición de cualquier paladar en el ‘Delirium Café’, uno de los bares más famosos de Bélgica. En pleno corazón de Bruselas, cuenta con una monumental carta en la que caben 2.000 tipos de la refrescante bebida espumosa, muchas belgas, y otras internacionales, sea en botella, sea en barril. El emblemático establecimiento tiene tres plantas, además de la terraza, justo al lado de la casi desconocida ‘niña meona’, la Jeanneke Pis. En la planta baja algunos días hay música en directo. La media es la que frecuentan las personas más atrevidas que improvisan sus canciones, mientras que la última acoge a la clientela más tranquila.Así que, siguiendo el consejo médico, este verano conviene mantenerse hidratado.

 

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