viernes, 12 de agosto de 2011

Berlín se prepara para conmemorar los 50 años de la construcción del Muro

Madrid, 11 ago. (COLPISA, Susana García)

El que fue conocido por todos como el muro de la vergüenza cumple mañana medio centenar de años. Ese divisorio muro fue construido en 1961 en plena capital alemana, Berlín. Y no fue demolido hasta el 9 de noviembre de 1989. Su construcción fue obra de los alemanes pertenecientes al bloque oriental dominado por los soviéticos, es decir, la República Democrática Alemana (RDA). Su objetivo era proteger a su población de elementos "fascistas" que pudieran contaminar el estado comunista.
700.000 toneladas de acero

Su extensión era de 45 kilómetros que dividían las dos Alemanias, la del este y la del oeste; la occidental y la oriental. Para su construcción los "democráticos" utilizaron 700.000 toneladas de acero, numerosas trampas mortales, perros de ataque y alambradas con pinchos situadas en lo alto del muro para que los habitantes de cada población no se mudaran de lado.

Todas esas mudanzas solo se pudieron evitar con la muerte de cientos de personas, aún cifras sin confirmar, debido a que se sentían encerradas entre unas paredes compuestas por hormigón. A toda esta estructura se sumaban los guardias de seguridad de la RDA que impedían cualquier intruso a su zona.

A pesar de que han pasado más de 20 años de su demolición y que las poblaciones del este y oeste lo celebraron en su día como se merecía, hoy en día todavía existen fuertes diferencias entre ambas. Así lo admite Klaus Schoroeder, politólogo de la Universidad Libre de Berlín, quien afirma que aún sigue existiendo ese muro de la vergüenza y que los propios alemanes se tratan de extranjeros si se cruzan con los del otro lado del muro.

Muro invisible
En un sondeo realizado por el cumpleaños del muro, el 83% de los alemanes interrogados de diferentes estados regionales del este afirman que todavía existe "un muro invisible" que pone de manifiesto las diferencias culturales con el oeste.

"La mayoría de los alemanes del este no saben a qué mundo pertenecen, no se consideran como miembros de pleno derecho en una Alemania unificada. Pero tampoco quieren un regreso a la RDA", afirma Schoroeder. El politólogo también dice que una mayoría de los alemanes del este sueñan con vivir en un estado que han idealizado en el que no se poseía mucho, pero era posible vivir bien, funcionaba.

Es el mismo Schoroeder cree que tendrán que pasar todavía entre 15 y 20 años más para que esas diferencias culturales sean meras diferencias regionales como las que existen de siempre entre el norte y el sur.

Un atractivo para los turistas

Aparcadas la muerte y la vergüenza, palabras ligadas durante décadas al Muro de Berlín, la cicatriz de la frontera que partió en dos la actual capital alemana atrae a centenares de miles de turistas coincidiendo con el 50 aniversario de su construcción.

El Muro de Berlín es uno de los principales atractivos de la capital alemana, que vive un fuerte resurgir del sector turístico gracias a sus atractivos artísticos y arquitectónicos, su pasado, su potencial cultural, su oferta nocturna y unos precios altamente competitivos. El año pasado se convirtió en la tercera capital europea más visitada por número de pernoctaciones en hoteles, sólo por detrás de Londres y París, y superando a Roma. 

En los últimos 15 años el número de visitas a los museos de la capital alemana se ha multiplicado y ha pasado de las apenas 600.000 alcanzadas en 1996, a las más de 5,5 millones registradas el pasado ejercicio.

Publicado en:
http://www.diariodenavarra.es/noticias/mas_actualidad/cultura/berlin_prepara_para_conmemorar_los_anos_construccion_del_muro.html
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